Rocas Sedimentarias
Rocas Sedimentarias
Las rocas sedimentarias se clasifican en rocas detríticas (más del 50% de terrígenos) y rocas no detríticas (menos del 50% de terrígenos) (Tabla I-1). Entre las rocas no detríticas, las más abundantes son las rocas carbonatadas y las evaporíticas, ambas de origen químico o biogeoquímico. Otras rocas sedimentarias no detríticas que se incluyen en este atlas son las rocas silíceas, las fosfatadas y las organógenas. Dentro de cada grupo de rocas, la clasificación se realiza atendiendo a diversos criterios como la composición, la génesis o el estado físico.
Rocas carbonatadas
Las rocas carbonatadas son rocas de precipitación química, aunque dicha precipitación puede ser inorgánica o biogénica, como, por ejemplo, los esqueletos calcáreos de organismos. Las rocas carbonatadas más importantes son las calizas (CaCO3) y las dolomías (CaMg(CO3)2). En las calizas, los minerales que las constituyen son el aragonito y la calcita magnésica en el sedimento y la calcita en la roca. Las dolomías están constituidas por dolomita. En función del contenido en calcita y dolomita, se puede establecer una clasificación preliminar de las rocas carbonatadas en: calizas (>90% de calcita), caliza dolomítica (50-90% de calcita), dolomía calcárea (10-50% de calcita) y dolomía (<10% de calcita) (Pettijonh, 1957) (Tabla I-4).
Rocas evaporíticas
Las rocas evaporíticas son rocas formadas por la precipitación química mediante evaporación de soluciones saturadas en sales alcalinas y alcalinotérreas. Normalmente se forman a partir de soluciones acuosas de carácter marino, aunque también hay evaporitas no marinas. Las evaporitas son buenos indicadores paleoambientales ya que su formación depende de unas condiciones ambientales muy particulares.